Roldán y Dolores de Pacheco dan vida al Nacimiento

En Dolores de Pacheco, el recorrido comienza con la humilde casa en la que el Ángel anuncia a María la llegada de Jesús, aunque en esta ocasión, el alado Gabriel tuvo la ayuda de la rondalla local para amenizar la escena. El sueño de San José -cuyo papel nadie quiere por la obligada inmovilidad- cobra realidad bajo un árbol, junto a la escena de la anunciación de los pastores, la búsqueda de posada, el Nacimiento y la huida.

Alrededor la vida trasncurre entre los corrales de cabras, la familia de corderos y la actividad de los oficios. El carnicero despedaza la mercancía mientras el panadero amasa y llena el horno de leña. Varias mujeres fríen paparajotes y flores dulces cerca del río donde unos niños lavan y otros abren surcos en la tierra para las nuevas semillas. Se venden telas, cestos de esparto, hortalizas y panes crujientes, ante la vista lejana de Herodes en su castillo custodiado por la guardia romana. La Historia se repite.

En Roldán, el paisaje cobra singularidad en la Casa del Labrador, donde el mobiliario típicos ayudó a los vecinos a darle vida a escenas de otras épocas. En la pedanía de San Cayetano, las mujeres han decorado la plaza y cantado villancicos para compartir el espíritu navideño.